Los magos de Oriente entraron en la casa donde estaba María con su hijo Jesús. Esa casa es la Iglesia que acoge en su seno a los gentiles. Estos se convierten en huéspedes privilegiados. Pueden disfrutar de la presencia de aquel que es la luz que ilumina a todos los que entran en la casa. La Iglesia es un espacio abierto, luminoso, un lugar de acogida para los que peregrinan en busca de la luz que es Dios.
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