A ti que caminas con la cabeza baja y tus pensamientos son un mar de dudas y ya no sabes por donde salir de este laberinto de nuestro mundo. A ti que estás siendo bombardeado, sunamiado por invitaciones placenteras que frustran tus expectativas de vida a corto, medio y largo plazo. A ti que sientes la falta de Dios y ya lo das por no existente, el culpable de tus males. A ti que deseas una pequeña parcela de felicidad, a poder ser con un trabajo estable y una holgura de vida que te permita respirar. A ti y a mi mismo digo: no te desentiendas de la vida, no pases como si no pasases por este mundo. Pon atención, abre los ojos y todos tus sentidos y vive con atención tu vida, da gracias a Dios porque está ahí y no te abandona. Haz silencio y busca la fuente de la verdad. No arrojes nunca la toalla porque Dios aguarda que tu encuentres el tesoro que llevas en tu campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario