El que escucha la Palabra sin entenderla se expone a que el Maligno le robe lo sembrado en el corazón y no haya posibilidad alguna de fruto. El que escucha la Palabra y la entiende produce fruto, según su capacidad. Escuchad y entended nos dice Jesús. Es importante prestar atención a su enseñanza. Su sabiduría es nuestra defensa y escudo, a la que nadie podrá hacer frente. Hagamos el esfuerzo intelectual y sobre todo vital para entrar en la dinámica del Reino de Dios.
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