PALPITACIONES

lunes, 13 de abril de 2015

DICHOSOS

Tomás vio,
su dedo no fue un clavo,
 no hirió como otra lanza su mano 
el corazón abierto del Salvador,
y creyó sin más
pronunciando palabras,
dándonoslas, 
a los que hemos creído
mediante su incrédula fe.

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