El reúne en si a Dios y al hombre. Se produce la obediencia perfecta en Él. Nos reconcilia en el amor y nos hace comensales de su vida, de su intimidad. Nos saca de la dispersión, del aislamiento y nos hace un pan, un pueblo. De Él brota la comunión y solo hay verdadera comunión donde El esta presente. Este es Jesucristo, el Hijo de Dios, el hijo de María.
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