Cuando se dice de alguien que va por libre se suele entender que va a su aire, que no se conforma al espíritu comunitario y de comunión que se esperaría. Evidentemente que actuar con libertad es algo digno de valorar y necesario para que algo pueda ser considerado como válido. Pero cuando decimos por libre, estamos indicando un individualismo insano. Una conducta que solo atiende a intereses particulares. Seamos libres pero no vayamos por libre. No no dejemos encerrar en nuestros intereses sino que busquemos aquello que conduce a la comunión y a un verdadero encuentro con los demás.
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