Habría que componer las letanías de la Santísima Virgen María a la luz de la Constitución Lumen Gentium del Vaticano II. Este Concilio es un canto a María, un silbido de amor a su humildad y a su papel relevante y determinante en el designio salvífico de Dios. Su intención no fue hacer una Marilogía completa o resolver las cuestiones discutidas. Simplemente reconocer y mostrar su asombro ante la que ocupa el lugar más alto después de Cristo y el más cercano a nosotros.
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