María es una mujer que no se ve libre del malentendido. Pero al comprenderse desde Dios, el color de las cosas cambia y los problemas se afrontan desde la fe. Todo se ve con la gracia de Dios Padre, con la luz del Espíritu, con la presencia del Hijo. Ella se siente confortada y por eso todo lo puede. Confía en el Poderoso y no en las opiniones ajenas.
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