PALPITACIONES

lunes, 11 de mayo de 2015

TODA SANTA

María es todo un don de Dios para la humanidad. Ella recibió unos dones dignos de tan grande misión. La de  ser madre del Hijo de Dios. Pero lo de Dios no se lleva a cabo sin contar con nosotros, sin nuestro consentimiento. María tuvo que aceptar esta propuesta divina, tan fuera de sentido, y al mismo tiempo tan necesitada de su consentimiento de fe. Su respuesta, aceptando el envite y su configuración al plan de Dios, su singular misión, hace de ella una criatura  toda santa, libre de toda mancha de pecado.

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