Si Eva contribuyó a la muerte, María a la vida. Si aquella ató al género humano a la desobediencia, María desató este nudo con su obediencia. Si Eva falló en la fe, María resplandeció con su fe como respuesta limpia y alegre a Dios. María es la Madre del que vive por siempre para interceder por nosotros y es la Madre de todos los vivientes. Su condición de Madre de Jesús, la convierte en aquella que da a luz el Camino y la Verdad y la Vida.
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