La nueva encíclica papal, sobre el cuidado de la casa común, es una oportunidad para un sincero diálogo entre todos los hombres de buena voluntad. Diálogo sobre la hermana madre tierra. Somos terrestres y esto tiene que ser motivo de fraternidad. Somo hijos de la tierra. La tierra nos sostiene y nos abraza a todos y tenemos una responsabilidad grande para con ella. Cuidémosla y nos estaremos cuidando.
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