Entrar en el silencio es crear la posibilidad de una escucha, de percibir las mociones con las que el Espíritu nos mueve a salir de nosotros mismos. El silencio interior no es autocomplacencia, es ser tierra en disposición de ser sembrada por la Palabra de Dios. Atrévete, atrevámonos a hacer silencio para estar a solas con el que nos habla palabras de vida.
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