Me pregunto cómo se puede reducir lo religioso al ámbito privado cuando el hecho mismo religioso lleva consigo lo comunitario, el encuentro de personas, la asamblea y tiene que ver con la comunicación, la comunión, la solidaridad. De verdad, que los dirigentes políticos, si así se pueden considerar, ya no saben que hacer para ir en contra de sus propios votantes. Parecería que quieren despellejar a las personas, impedir que puedan mostrar abiertamente su fe, arrinconar la creencia en Dios a la esfera de lo no relevante, hacer inoperantes sus vivencias, sus experiencias más vitales, considerarlas como bípedos implumes. Vaya por Dios. Qué pena.
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