Eh, tú, quien seas, donde estés, a ti te digo: respira profundamente, siente la vida que te recorre, Alza tu mirada al horizonte y contempla lo que te rodea. Párate. Fíjate en lo que hay a tu lado. Presta atención. Aviva tus sentidos. Escucha los sonidos, ve las personas, lo que dicen, como lo dicen, acércate a su corazón y estarás dando pasos hacia Dios que viene a nosotros en todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario