En esa paradoja es en la que nos sitúa la vida, sobre todo la vida política. Pero de ella debemos aprender los que andamos circulando por la Iglesia. No encumbrarnos ante los posibles éxitos y no desmoronarnos ante los inevitables batacazos. Pero la lección que debemos aprender, sin duda, es a no ver para otro lado y ser capaces de hacer autocrítica. Esta es una postura saludable y humilde.
No hay comentarios:
Publicar un comentario