En rescate de muchos. Ha venido para servir, es decir, para dar vida. No para quitarnos la sangre y dejarnos tiesos. Un rescate para transfundir su vida, su sangre y darnos esperanza, expectativas. Su rescate es de sangre, a precio de la misma. No un rescate financiero de las llamadas instituciones. No nos deja en precario, a expensas de. Todo lo contrario, nos da la vida para que nosotros la vivamos en libertad, en responsabilidad, con dignidad. Es un rescate en gracia.
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