Yo, el Señor, nunca pondré freno a tus ansías de libertad. Yo soy libre y te quiero libre. Quiero sacarte de aquella esclavitud que impide que puedas avanzar por el desierto. Yo te constituyo a ti en alguien. Mi luz ilumina tu rostro y mi alegría es verte libre, responsable, bueno.
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