PALPITACIONES

lunes, 9 de marzo de 2015

EL CELO DEL SEÑOR

Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba- decía el profeta Jeremías. Esa hambre de Dios, de su justicia, de que el Dios celoso pueda saltarse las impermeabilidades con las que nosotros nos defendemos de su presencia, es la que quiere Jesús para nosotros. Nos quiere tanto que salta las barreras humanas que no sirven para que en nosotros se encienda el fuego del amor de Dios. Ese es su celo, nosotros.

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