Te gusta un corazón sincero. Oh Dios crea en mi un corazón puro. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. Solamente Dios puede transformar nuestro interior, es decir, lo que somos y nos constituye como seres únicos y diferenciados. El tiene el poder del amor que hace posible en nosotros lo imposible. Dios no nos etiqueta, no nos clasifica. Dios nos ama y con su amor convierte nuestro desierto en huerto florido.
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