De tanto tirar piedras contra nuestro propio tejado, nos vamos a quedar sin techo ni suelo donde poder acoger a los que puedan necesitar de nuestra humilde ayuda. La no consideración civil de una fiesta tan arraigada en nuestra cultura, es una muestra de nuestra falta de identidad y de nuestra deriva. No es una cuestión integrista. Es la defensa de una seña de identidad representada en san José, que es modelo de justicia y tolerancia.
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