No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Esta ahí y todo el mundo pueda verla y recorrerla. Haced vuestras buenas obras para que los demás den gloria a vuestro Padre. Ahora bien, el que los demás lleguen hasta la Fuente de luz y verdad depende también de sus interpretaciones. Pero la finalidad del que las realiza no puede ser la de ser admirado y reconocido por los demás. No obréis vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario no tenéis derecho a la paga cerca de vuestro Padre, que está en los cielos. Se trata de motivaciones, de lo interior que no se ve. Es ahí donde ve el Padre, en lo secreto.
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