Caminar es un ejercicio imprescindible. Somos nómadas. Hoy en día se combate el sedentarismo, es decir, la falta de ejercicio, el quedarse en los mínimos movimientos. La primera carta de Juan nos propone a todos nosotros caminar como Él caminó, como Jesucristo, que siendo Dios se hizo carne, hombre, más aún, maldito, pecado. Así quitó no solo nuestros pecados, sino también los del mundo entero.
El se hace pan de vida para nosotros. Por eso nosotros estamos invitados a compartir, amar y abandonar las tinieblas. Caminar como El caminó es permanecer en la luz.
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