¿Qué salisteis a ver en el desierto un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Cuando las cosas se dirimen en los palacios y no en los caminos, por donde transitan los sencillos y pequeños, podemos estar seguros que aunque se pretenda barnizar las cosas como si fuesen de Dios, estamos en las antípodas de lo verdaderamente divino. Solo aquello que se presenta como sencillo, humano, verdadero, noble y justo puede entenderse desde las claves de lo divino sin temor a engañarse. Juan se presentó bautizando en el desierto. Vestía una piel de camello y una correa de cuero alrededor de la cintura y comía saltamontes y miel silvestre. Detrás de el vendrá el que es más fuerte que el y que bautizará con Espíritu Santo.
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