Al que tiene oídos se le darán palabras que iluminarán su vida. Su riqueza será escuchar.Al que no tiene oídos se le quitará hasta lo que tiene porque sin oídos nos volvemos estériles. Se pierde lo que pensamos tener porque estamos cerrados. Abramos los oídos. Dejemos que su palabra germine dentro de nosotros, en la tierra buena que todos llevamos. Produzcamos fruto en mayor o menor medida pero demos fruto. El que siembra, quiere que florezca en nosotros el amor que El desparrama en nuestra vida.
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