Traemos a colación la capital parisina para manifestar nuestra repulsa frente todo atentado contra la vida humana y lo injustificable de cualquier acción realizada en nombre de creencias o ideologías que supongan asesinatos viles. Toda persona, aunque critique o caricaturice lo religioso, es digna de respeto. Por otro lado, viene bien que nos muestren nuestras excentricidades y rarezas. Bendito sea el Dios del amor que no rechaza a los hombres sino que nos hace libres ante El y nos exige respeto por todo ser humano, aunque no concuerden con lo que pensamos o nos critiquen.
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