El de cada día, el que en la liturgia de la Iglesia es el más extenso a fuerza de ser Guadiana. Para nosotros es el tiempo del ir acompasando la mirada y el corazón al Maestro que nos llama y nos invita a seguir sus pasos. Caminos de sencillez y palabras para el trabajo y la oración cotidiana. Es la vida entrelazada a la Suya. Son miradas.
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