El Espíritu desciende hacia Jesús. Su subida del agua nos manifiesta su inmersión. Esta es su Pascua. Sus ojos ven los cielos rasgados. Sus oídos oyen la voz que suena desde los cielos. La Pascua es el paso de la servidumbre a la filiación, de la desconsideración humana a la predilección divina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario